Rafael Tufiño, figura de la generación de artistas plásticos puertorriqueños de la década del 1950, falleció el jueves a consecuencia de un cáncer pulmonar. Tenía 85 años.
Su muerte, al igual que su vida, impactó el mundo cultural de la isla.
"La muerte del pintor del pueblo, maestro de la pintura y el grabado, Tufiño, nos embarga de un profundo dolor... ya que perdemos a uno de nuestros artistas consagrados", expresó el gobernador Aníbal Acevedo Vilá, quien decretó dos días de duelo nacional.
"A través de sus obras nos demostró su grandeza visual con envidiable acierto plástico y gráfico", añadió.
Tufiño, un maestro de la pintura y el grabado que recibió la beca Guggenheim en 1956, murió en un hospital de San Juan.
El artista trabajó en la Escuela de Artes Plásticas de Puerto Rico y llevó sus obras al Metropolitan Museum of Arts en Nueva York, la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, el Museo de Arte de Ponce, el Museo del Barrio en Nueva York, entre otras instituciones.
El director ejecutivo del Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP), José Luis Vega, dijo que "su incalculable legado forma parte de la historia de las artes puertorriqueñas y servirá de ejemplo para las futuras generaciones de artistas".
El ICP bautizó en febrero con el nombre del fallecido creador la sala cuatro de la Galería Nacional, en la que se exhibe un abanico de escenas pictóricas del paisaje urbano y rural puertorriqueño visto desde la perspectiva de la "Generación del 50", que incluye sus obras "Goyita" y "Trasbastidores".
Debido a que sus padres emigraron por razones económicas, Tufino vivió su infancia en Estados Unidos, hasta que a los 10 años volvió para radicarse en casa de su abuela en San Juan.
A los 12 años, se presentó con un retrato del prócer José de Diego en un cartón de cigarrillos como carta de presentación ante el artista Juan Rosado, quien lo acoge y pone a trabajar con otro connotado pintor, Antonio Maldonado. En esa etapa destacó como rotulista, pintor de letras y en la creación de carrozas alegóricas para el carnaval.
Por sus comienzos como rotulista, el artista bromeaba señalando que era "un hombre de letras".
Tufiño utilizó el óleo y la acuarela, con la cual creó "Desde mi estudio" en 1940.
Ese mismo año, fundó junto a otros artistas "L'Atelier", un taller de trabajo y bohemia que estuvo activo por seis años hasta que "Tefo", como era conocido el pintor, se fue a Nueva York y luego a México, para estudiar en la Academia San Carlos, donde conoce a su primera esposa y madre de dos de sus hijos, Luz María Aguirre.
A su regreso a la isla, creó con otros artistas la División de Educación a la Comunidad, desde donde floreció la tradición del grabado en el quehacer artístico puertorriqueño.